Tamales (similares a la polenta)
- 6 tazas de maíz rallado o molido
400 a 800 g de carne de cerdo (tocino o tocino)
1 cebolla grande
12 dientes de ajo
1/4 cucharadita de pimienta
2 cucharadas de salsa de tomate
Una pizca de comino y sal al gusto
6 chiles cachuchas
3 hojas de cilantro
Unas cuantas cebolletas picadas
2 cucharadas de aceite
En Cuba, los tamales son una especie de panqueque elaborado a base de harina de maíz, envuelto en hojas de plátano (solo en el oriente del país) o de mazorcas de maíz, cocidas al vapor, al baño maría o al horno. Hay diferentes tipos, dependiendo del manjar que se ponga en su interior y de los ingredientes que se le añadan.
En Estados Unidos la palabra tamal también es sinónimo de bola, una masa grande y mal formada. Esto se aplica particularmente en Cuba, a personas con sobrepeso o de mala constitución, vestidas con ropa demasiado ajustada o pegajosa, en la siguiente expresión:
Porque es un tamal muy deseado.
Todos los días pasa por debajo de mi balcón un vendedor de tamales. Casi tenemos que bajar a comprárselo, está buenísimo. Es un plato muy típico del país, rico y sabroso, suficiente para una comida. Pero también podemos prepararlo en casa, símbolo festivo del reencuentro familiar de cualquier domingo.
El maíz, una docena de mazorcas, hay que rallarlo, molerlo y luego condimentarlo en su jugo con un buen sofrito, nuestra salsa mágica, ya sea trocitos de tocino, o tocino o incluso carne de cerdo (800 g) en trozos muy pequeños, bueno Se doran en 2 cucharadas de aceite con 2 cucharadas de salsa de tomate, comino y sal al gusto, una cucharadita pequeña de pimienta, unos dientes de ajo, una docena de pimientos pequeños, unas hojas de cilantro y cebollino finamente picado.
Puedes agregar aceitunas o alcaparras, si están disponibles.
Con todo esto bien mezclado rellenaremos unos bolsillos hechos con dos o tres hojas de maíz, que luego hay que atar bien con un hilo.
Tres cuartos de hora de cocción en olla a presión o una hora al baño maría y aquí tenéis unas preciosas bolitas de maíz para servir calientes y preferiblemente con fricasé de cerdo cubano o una salsa picante.
Una auténtica delicia que reúne a toda la familia para prepararlo y luego degustarlo, no sin una buena cerveza fría.
